domingo, 28 de noviembre de 2010


Tu mano en mi cintura para, más adelante, acariciarme lentamente la pierna. Tus dedos apartan mi pelo de la cara y tus ojos dicen más de lo que quisieras decirme, con eso me basta. Tu corazón late con la fuerza de un cañón, tan fuerte, que puedo sentirlo. Tus labios recorren todo mi cuello, hasta encontrarse con mis labios, desvaneciéndonos en un profundo beso. Me separas, delicadamente de ti, para susurrarme al oído esas dos palabras que tanto había esperado oír: Te quiero.

1 comentario:

  1. Yo escribí algo muy parecido hace un tiempo. ¿Lo has sacado de mi blog? :)
    Aquí está: www.dulcessuenosinterrumpidos.wordpress.com/2010/07/14/caricias/

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